sábado, 5 de mayo de 2012

Sólo hay una ;-)


No me compreis nada, anda, que es una tontería.

Mañana es el día de la madre y la mía no quiere regalos. En realidad ella nunca quiere regalos, las madres se suelen conformar con poco. Al menos la mía :)  Siendo sincera, tampoco me apetece devanarme los sesos pensando en qué comprarla, cuando vea algo que me grite su nombre se lo compraré, independientemente de que sea o no el día de San Corte Inglés.

Pero sí que me apetece escribir sobre ella.

Tu madre siempre es especial. Te puedes llevar mejor o peor con ella, podéis coincidir o no, os pueden gustar o no las mismas cosas, pero siempre será especial. La relación que tienes con ella es independiente de todo lo demás, es única. 

Ella te conoce como ninguna otra persona te llegará a conocer jamás. No hablo de un conocimiento racional, es más algo que se lleva dentro. Las madres siempre tienen un concepto de sus hijos que se aleja de lo que el resto del mundo puede llegar a ver en ellos. Te conoce porque te ha parido, visto crecer, criado, educado, ha sentado bases en tu interior, sabe por donde van los tiros y no guarda ni el más mínimo ápice de egoismo hacia tí. Esta es la clave, ningún egoísmo, ningún interés personal, ningún rencor. Esto no se puede decir de ninguna otra persona, excepto de tu padre, pero esto es otra historia y va en otro sitio.

No me imagino una vida sin mi madre, simplemente no lo encajo. Ella está ahí siempre, para lo bueno, lo malo, lo frustrante, lo fácil, lo difícil, los cambios, los errores. Cuando digo siempre es Siempre, para Todo. Y creo que esto ocurre independientemente de la relación que tengas con ella, veo difícil que sea de otra forma.

Como hija soy consciente de que soy egoista, como todos los hijos. Sé que muchas veces no pienso en ella todo lo que merece, ni como merece. Las madres pueden llegar a resultarnos pesadas, pero es que ¡este es su papel! Velan por nuestro bienestar, nos presionan para que avancemos, nos alertan de los peligros, nos reprenden cuando consideran que lo merecemos y nos felicitan y se enorgullecen de nosotros cuando vamos por el camino correcto. Están atentas y leen señales que nosotros solos no podemos ver, porque su perspectiva es muy distinta a la nuestra. Y todo esto lo hacen desde su instinto, que por cierto aún no entiendo bien porque aún no soy madre, pero me fascina. Aguantan el tirón de una manera titánica.

Aunque se nos olvide.

Feliz día de la madre Mamiss! Hoy limpiamos nosotros :D 


sábado, 28 de abril de 2012

¿Yo? American Standard Stratocaster

Las guitarras tienen algo que me fascinan. Quizá porque desde pequeña he tenido contacto con ellas, a través de mis padres, de la música que me ha rodeado toda mi vida, o simplemente porque lo llevo en la sangre. Pero lo cierto es que, aún a pesar de que no tengo ni idea, me encantan.

Tienen algo sexy que no sé muy bien cómo explicar. 

La forma de casi todas es muy sugerente, esas curvas y el mástil largo. La manera en que se coge, abrazándola. El sonido que se proyecta directamente del contacto entre tus manos y tu cuerpo con el instrumento. Los dedos haciendo la presión justa sobre las cuerdas, ni más, ni menos. Es música que va contigo allá a donde tu vayas. Pero para mí es más.

Es estar en la cama un domingo por la mañana, oir a los Lynyrd Skynyrd a todo volumen en el salón y oler a café recién hecho. Mover un pie sin querer al ritmo e ir despertándote poco a poco, cantando bajo las sábanas.

Es quedarte a escondidas por la noche con los cascos puestos y hasta las tantas, intentando que no se oiga que no estás dormida, bailando en calcetines para no hacer ruido y con la luz apagada para que no se filtre bajo la puerta. ¡Un ratito más! Venga, la última y me acuesto.

Es poner una canción y transportarte automáticamente a tu niñez, tu adolescencia, un momento determinado de tu vida y volver a sentir lo que sentías cuando la escuchabas por aquel entonces (válgame, que soy joven, pero hay tantas canciones con las que me ocurre esto...).

Es tener siempre alguna melodía en la cabeza. Siempre. No hay momento del día en que mis pensamientos no tengan banda sonora. Y casi la mayor parte de la veces esa melodía lleva una guitarra.

Haber aprendido fonéticamente  infinidad de letras, sin tener ni idea de inglés, e ir  redescubriendo a medida que aprendes este idioma cada frase de cada canción y su significado. A veces la letra es una tremenda tontería, otras veces te sorprende y añade significado a la música. Pero si hay una cosa que sigues haciendo es cantarlas como siempre las has cantado, como te sale.

Es ver el mimo con el que los amantes de la música hacen "hablar" a sus guitarras. Entre ellos, mi padre, que aunque no sea el mejor guitarrista del mundo, a mí me ha dado la oportunidad de estar en contacto con la música desde antes incluso de nacer. Y esta será su guitarra, por fin! Dejaré la puerta de mi habitación abierta para escucharle tocar.

A mí... dímelo con música :) Si tiene guitarras, mejor.


viernes, 27 de abril de 2012

Premio a lo Absurdo de la Semana

Bienvenidos a la primera edición del Premio a lo Absurdo de la Semana. Pasen, pónganse cómodos y deleitense con las tonterías de la especie humana.

He aquí una de las razones por las cuales vería normal que le gente decidiese hacerse analfabeta para el resto de su vida, para así poder ahorrarse leer ciertas... absurdeces (me ahorro el improperio que había pensado desde el principio):

Las mujeres desaparecerán en el año 5000.

Gracias por acompañarnos! Si lo desean y por un módico precio, ponemos a su disposición nuestro equipo de especialistas para enseñarles a desaprender a leer. Tienen más información en la puerta de salida, que pasen un buen día.

jueves, 19 de enero de 2012

Moda

Ayer me compré un abrigo. Aprovechando una aventura a los Mandriles profundos y ya que tenía que acompañar a Mamiss a unos quehaceres médicos, paramos en el Corte Inglés de Nuevos Ministerios buscándolo a propósito. Mamiss, que no tenía pensado comprar nada, encontró para ella un chaquetón chulísimo nada más entrar. Yo por el contrario soy más tikismikis y tardé un par de horas, nada me gustaba, todo era cutre y horrible, o pensado para niñatas esqueléticas (que no es el caso, vaya). Total, después de dos horas y pico de dar vueltas y vueltas entre todas esas perchas con ropa hortera, paré delante de una por casualidad y lo encontré. Después de pagar salimos de allí como alma que lleva el diablo, agotadas, deshidratadas, hambrientas, mareadas y (al menos yo) con ganas de no volver en meses.

No sobra decir que ODIO ir de compras. Ya sé que no es algo usual en las mujeres (o este es el tópico) pero yo lo odio. Lo reconozco. Me enerva hasta límites de los que no me creía capaz. Para empezar, todas esas mujeres cotorreando como gallinas alrededor tuya, empujando las menos educadas o incluso llegándote a quitar prendas directamente de las manos. No sé si es que tengo cara de boba o llevo un post it pegado en la frente que reza "odio comprar ropa", o quizá la falta de costumbre me hace no saber reaccionar cuando me pasan este tipo de cosas. O quizá tengo un imán para atraer marujillas con el modo "arrasar con todo" on.

No sé al resto, pero a mi me cuesta horrores encontrar ropa que me guste. No entiendo la moda, no sé qué o quiénes la deciden, no entiendo porque todo el mundo se deja llevar por ella. Me hace pensar en todas las similitudes que guarda con cualquier secta. Desde luego es para planteárselo. Una panda de iluminados que se sientan en la mesa redonda a compartir ideas sobre qué próxima tortura van a poner de moda la temporada que viene. Deciden que el color "rosa palo" y el escote "barco" se llevarán en la primavera-verano de 2012 en todas y cada una de las tiendas de ropa de la faz mundial de la Tierra. Ya te puedes poner como quieras, que no encontrarás otra cosa.

Ahí vas tú toda ilusionada buscando unos p***s vaqueros normales y corrientes a una tienda genérica. Nada más entrar por la puerta salta a la vista que todo es rosa triste y lleva estampados de flores enormes. Un segundo vistazo más detenido mirando las tallas y ves que van de la 36 a la 40. Pero ojo, la 40 es como una 38, la 38 como una 36 y la 36 no le cabe ni a la Barbie Pocahontas.

Se te acerca una dependienta mascando chicle, te pregunta si te puede ayudar en algo. "No, sólo echo un vistazo, gracias". La tipa se te pone detrás a una distancia prudencial, notas unos ojos clavados en tu nuca que te siguen atentos, "¿tan mal vestida voy que parezco una delincuente? ¡Deja de mirarme! No, si estará pensando qué c**o hago aquí, normal, desentono un montón. Céntrate: vaqueros, vaqueros, vaqueros". (Sí, tengo una vena paranoica algo chunga a veces).

Después de recorrer la tienda entera y encontrar como muchísimo un par de vaqueros sin tonterías ni horteradas y que se ajustan más o menos a lo que quieres, tienes que dejarlos en su sitio porque son una 36 y de momento no estás tan enferma. Sales del sitio, sigues caminando, ves otra tienda, entras, más de lo mismo, sales... sigues caminando...

"J***r, pero si sólo son unos vaqueros. Me pondré los de todos los años. Quizá con esa camiseta rosa palo con el escote barco me queden bien."


domingo, 15 de enero de 2012

Sueño

Me ha entrado la risa hoy mientras estudiaba Psicología de la Motivación. Iba leyendo un capítulo relacionado con los motivos primarios del ser humano, que así a grandes rasgos son el hambre, la sed, el sueño y el sexo. La risa iba en aumento según el texto se metía más a fondo en los experimentos relacionados con la privación del sueño. Abstenerse de seguir leyendo si eres un fanático de la ciencia. Y decía más o menos así:

Se pilla a un notas (supongo que pagándole, espero, porque sino el espíritu de colaboración con la ciencia sería demasiado desinteresado) y se le obliga a permanecer despierto durante días. Todo esto claro, siguiendo los principios que se siguen en todos estos estudios: hacemos una p***ada a alguien, miramos a ver qué pasa y contrastamos con lo que nosotros pensábamos que iba a pasar (que por cierto, muchas veces es obvio, pero por si acaso la p***ada se la hacemos). Total, que tenemos a un tío dispuesto a empalmar todos los días que haga falta, sin pirulas, sin fiesta ni alcohol, así a pelo. Podéis oir mi risa maquiavélica.

El chacho pasa 24 horas sin dormir. Llega el investigador de turno y apunta en su libreta:

- Necesidad imperiosa de dormir.
- Fatiga.
- Ardor y sequedad en los ojos.

Y después piensa: "Voy bien, voy bien. Sigamos, de aquí al nobel".

Después de 3 días de tocar las pelotas al menda para que no duerma, obligándole a hacer de todo, torturándole con ruidos, actividades estúpidas variadas y demás tocaduras de webas, llega el mismo listo con su libreta y apunta:

- Alteraciones en la visión.
- Sueños en vigilia.
- Problemas en la lectura y escritura.

Con el consiguiente pensamiento: "Madre, estarías orgullosa de mí, seguro."

Al quinto día, ya al límite, el sujeto experimental flipa en colores. Mira a su alrededor y ve volar elefantes morados, setas rojas con puntos verdes enormes que llegan al techo, ve sonidos, oye el naranja y babea. Nuestro nobel se acerca con su libreta, apoya el boli despacio sobre el papel y redacta:

- Mayor número de sueños en vigilia. (Que quiere decir que si no le dan collejas se queda sobao de pie).
- Aparente recuperación de la fatiga. (Esto es, esta tan hecho mierda que no siente ni una sola célula y ya todo le da igual).
- Aparición de alucinaciones e incluso delirios paranoides. (Pues lo que decía más arriba, el chacho está flipando pepinos).
Conclusiones: Aunque todas estas alteraciones tiene su importancia (yo añadiría "y nos hemos reído un webo") el sujeto experimental se recupera de ellas con facilidad si se le deja dormir reposadamente (y sin collejas ni similar). (Y el colofón) En este caso se ha encontrado un notable incremento en el tiempo dedicado a dormir.

Cierra su libreta, mira a sus compañeros y con una sonrisa de oreja a oreja anuncia - Buen trabajo chicos, unos resultados magníficos.

Después de reirme durante un buen rato imaginando esta escena he empezado a bostezar como una imbécil.

sábado, 14 de enero de 2012

Humo de baya negra.

Una de las canciones que he escuchado cienes y cienes de veces esta semana, tanto que casi desgasto el vídeo:



¡Ea! Buena forma de inaugurar un blog.